En los últimos tiempos se ha puesto de manifiesto un creciente interés por los aspectos emocionales dentro de la psicología del trabajo. Como todos sabemos, la crisis del coronavirus ha dejado a muchas personas sin empleo de la noche a la mañana y, tras un despido, es probable que la persona necesite afrontar un periodo de duelo antes de empezar a buscar un nuevo reto profesional.
Diversas investigaciones defienden que la pérdida de empleo afecta a la salud mental y que el deterioro es rápido. Siendo definido este deterioro por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una afección bio-psico-social. “La salud mental y el bienestar son fundamentales para nuestra capacidad colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás, ganar el sustento y disfrutar de la vida. Sobre esta base se puede considerar que la promoción, la protección y el restablecimiento de la salud mental son preocupaciones vitales de las personas, las comunidades y las sociedades de todo el mundo”.
Pero, ¿cómo podemos afrontar esta situación y salir reforzados? En la formación SAVIA llevada a cabo por Macarena Martini , Terapeuta Gestalt y fundadora de La Enredadera y colaboradora del Camino SAVIA, nos mostró cómo es el proceso que debemos llevar a cabo durante el duelo tras la pérdida del empleo. El duelo comienza a partir de la pérdida, puesto que dejamos de tener algo y nos duele y afecta, además, el trabajo nos relaciona socialmente y nos aporta una personalidad propia y con su pérdida todo esto se altera. Para Macarena, el duelo es un proceso natural a través del cual “vamos reestableciendo el equilibrio, nos vamos adaptando a la nueva realidad y desde esa aceptación nos proyectamos hacia el futuro”.
No obstante, nuestro equilibrio se compone de: la salud, la familia, nuestro hogar, pareja, autoestima, trabajo… a lo largo de nuestra vida estos pilares no se mantienen estables, sino que sufren cambios e incluso algunos desaparecen, por tanto, “la pérdida supone que el mundo tal y como lo conocemos, se tambalea, perdemos nuestro equilibrio”, explica la fundadora de La Enredadera. “No hay que olvidar que el duelo implica adaptación, aprendizaje, aceptación y proyección a futuro”.
Igual que cada persona es diferente, cada duelo es único. Las personas estamos configuradas en cinco dimensiones: física, mental, emocional, relacional y espiritual.
Cada una de estas dimensiones influye en las demás y cada ser humano las entiende y organiza de forma distinta, desarrollando diferentes estrategias para desenvolverse y afrontar las dificultades. Estas estrategias se desarrollarán dependiendo de nuestra genética, biografía, experiencia y aprendizaje, por eso, la experta, hace énfasis en que “nunca debemos comparar nuestro duelo con el de otras personas”.
No obstante, no hay que olvidar que el trabajo ocupa una posición central en la vida de las personas y, por tanto, en el sentido de vida, lo que se denomina centralidad laboral , y afecta directamente en otros aspectos: rutinas, casa, amistades, identidad y autoestima, proyectos de vida, estatus socio/económico.
Cada generación vive el desempleo en función de su situación personal, y las personas mayores de 50 años tienen sus propias particularidades:
El proceso del duelo por la pérdida de trabajo se compone de nueve fases:
Y en cada una de ellas hay que trabajar una serie de emociones y situaciones, no te puedes quedar parado. Para Martini, la frase popular el tiempo lo cura todo puede sernos perjudicial porque puede mantenernos estáticos durante el proceso. Es de vital importancia adoptar una posición activa.
Fase I, II y III: Aceptar la realidad de la pérdida. Nuestros primeros pasos deben estar 100% enfocados en tomar consciencia de lo que ha ocurrido, sin quitarle importancia si para nosotros la tiene.
No te olvides nunca de que somos seres emocionales también y debemos aprender a expresar nuestros sentimientos. Déjate sentir y no te evadas, todas tus emociones te pueden aportar información muy valiosa y te ayudará a estructurar y ver con más claridad el camino a seguir.
Fase IV, V y VI: Adaptarse al ambiente en el que ya no está lo que perdimos. En esta parte del proceso debemos trabajar tres áreas: la externa (nuestras rutinas, horarios, cambios…), la interna (revisar nuestra autopercepción y autoestima) y la espiritual (nuestras creencias, el destino).
Fase VII, VIII, IX: Recolocar emocionalmente lo perdido y seguir viviendo. Debemos recuperar y reconstruir la confianza en nosotros mismos. Extraer aprendizajes, identificar qué mantendremos de nosotros y de nuestro entorno y que no. Ver si queremos explorar nuevas áreas, formaciones…
11 recomendaciones para superar el duelo por desempleo
En Generación SAVIA queremos analizar y entender la situación de partida de los seniors, reforzar su confianza, visualizar nuevos horizontes profesionales y hacerlos sentir parte de una comunidad. Queremos acompañarte durante todo el camino y escoger el más adecuado. Por eso, proponemos el Camino SAVIA que les ayudará a que su búsqueda de empleo sea un éxito.