Cuando decidí escribir un libro sobre el ego, nunca pensé que el tema tuviera que ver tanto con la sostenibilidad y con un mundo mejor, ni mucho menos, cómo esto impacta en cualquier aspecto de la vida, incluida en la búsqueda de empleo. En realidad, podía haberlo intuido porque en los cimientos de mi fundación, la Fundación SoySol, se respira la necesidad de que el ser humano dé un salto evolutivo que conduzca a tratarnos mejor unos a otros. Parece extraño que un libro que habla sobre el ego tenga tanta importancia a la hora de tomar decisiones que podrían cambiar la historia de la humanidad y por supuesto la nuestra en particular. “Ego superior, ego inferior. La dicotomía que nos lleva a la verdad”, te habla de certezas que no queremos ver, por eso preferimos paños calientes, y nos agarramos con fuerza a lo conocido, a nuestra zona de confort, porque hacer una auténtica revolución en nuestro interior da pánico, cuando no terror.
Hace tiempo quise hablar de la vida en toda su extensión, y me di cuenta de que no podía hablar de ella sin antes tocar el tema que nos ocupa, el ser humano y su conducta, evidenciada por un ego que suele estar en el centro de la personalidad de la mayoría de nosotros. Desde allí, las decisiones nunca serán a favor de la tierra, ni mucho menos de la especie humana que en realidad se autodestruye, y evidentemente tampoco a favor de nosotros mismos que no dejamos de sufrir el autoboicoteo de nuestro ego en todo lo que hacemos. No hace falta ver las guerras, porque en nuestro interior ya hay desatada una lucha a la que nos somete la tiranía de un ego malcriado que quiere ser el único protagonista de todo, y evidentemente desde allí no conseguimos dilucidar qué decisiones son las mejores, porque nuestra visión está turbada por la que tiene un ego limitado e inconsistente al que no hemos sabido domesticar.
El ego que no está domesticado influye en nosotros de manera inconveniente. Si te quedas en desempleo con más de 50 años, te hará sentir que encontrar uno nuevo es una tarea imposible de realizar con éxito. Sin embargo, hemos de entender que no todas las personas sufrimos de igual modo esta vicisitud de la vida. Alguien con un ego superior, o un ego fuerte, según diría Sigmund Freud, sufriría menos. Es evidente que las personas que han gozado de la suerte de verse impulsados en su niñez tendrán una seguridad mayor al enfrentarse con los nuevos retos. No obstante, dicha seguridad hace aguas también en ellos, porque quizás han sufrido un despido injusto, y entonces la confianza se quiebra, y se sienten tremendamente vulnerables y necesitan agarrarse a algo que les ofrezca solidez.
La vida, sin embargo, no ofrece garantías y bucear interiormente para rescatar nuestra sabiduría, es algo que probablemente solo hacemos cuando nos vemos obligado a ello, por lo que, si con 50 años o más te has quedado en desempleo, el ego sin duda sufrirá, pero si sabes dotarle de la facultad interior adecuada, podrás salir airoso. Lo primero que necesitará es saber que la seguridad anterior era en realidad muy efímera, y que tendrá que bucear dentro de sí mismo, para buscar y encontrar una más real, en donde edificar pilares fuertes que te mantengan a salvo frente a la adversidad. Esa seguridad necesita trabajarse y este momento de desempleo es una oportunidad para cambiar de paradigma. Solo tienes que indagar qué te ha servido en el pasado para enfrentar obstáculos y recordar que estos siempre han pasado, y que la vida te abre puertas nuevas cuando otras se cierran.
Sin embargo, si la persona tiene un ego inferior en la base de la personalidad, y queda en desempleo con más de 50, se verá asolada, y tendrá la sensación de que no vale nada, de que ningún trabajo podrá hacerlo bien, de que nadie le querrá contratar. Ante estas percepciones fantásticas del ego, uno debe comprender que no son reales, son las gafas de un ego que se cree insuficiente, y que no ha tenido nunca demasiados apoyos como para construir una autoestima que les haga pisar fuerte en la vida.
La ventaja de estas personas que sufren a un ego inferior es que son las mejores para reconocer errores y superarse. No tendrán ningún inconveniente en mirar en qué fallaron, y desde allí pueden construir una versión más realista de sí mismos, en donde puedan reconocer su auténtica valía, y no la que quisieron tener y que parece que no consiguieron o la que los demás no le reconocieron. Abre entonces la puerta a la introspección y formación para encauzarte a un mundo lleno de posibilidades en donde se pongan en juego tus mayores talentos, aquellos que no supiste reconocer hasta ahora.
De modo que, aunque los seniors en desempleo enfrenten esta situación de un modo distinto, según estén condicionados en la base de la personalidad por un ego superior, o un ego inferior, lo que queda claro es que el desempleo es la gran oportunidad que no podemos dejar escapar y aprovechar, para rescatar nuestra confianza real si eres ego superior, y tu valía auténtica si eres ego inferior.
Tribuna escrita por Pilar Novoa Salvador, creadora de la Fundación SolySol , experta en sostenibilidad y autora del libro "Ego superior, ego inferior. La dicotomía que nos lleva a la verdad”.