Actualmente, hablar de sostenibilidad es hablar de compromiso y hay proyectos que lo practican desde la raíz. Agrolinera es uno de ellos. Nacido en Asturias, este emprendimiento combina tecnología, propósito social y una mirada innovadora sobre la gestión de residuos de la ganadería tradicional, digitalizando el proceso de recogida de sueros y purines con destino a plantas de biogás. Para ello, ha desarrollado un sistema de puntos limpios sensorizados y conectados a una plataforma en la nube, que está actualmente en fase piloto en el Parque Nacional de Picos de Europa. Pero detrás de la idea hay una historia de reinvención, aprendizaje y visión a largo plazo.
Hemos tenido la oportunidad de entrevistar a su fundador, Juan Gutiérrez (51 años. Asturia), quien ha ganado la categoría de Emprendimiento Verde, otorgado por primera vez en la VI edición de los Premios +50 Emprende y que reconoce las iniciativas centradas en la transición energética y la economía circular. Juan nos ha contado cómo surgió Agrolinera, qué desafíos enfrentó al emprender en un sector tan especializado y qué aprendizajes ha acumulado en el camino.
Agrolinera nace en 2022 como respuesta a un reto técnico y ambiental. El proyecto inicial buscaba desarrollar una solución de bioenergía en Asturias, pero el estudio de viabilidad reveló un obstáculo clave: la logística y trazabilidad de residuos, nos explica Juan. Para superar esta barrera, recurrieron a su experiencia previa en el sector siderúrgico, adaptando un sistema que habían desarrollado para el control de electrodos en China. Así comenzó una nueva etapa, con una tecnología reciclada para un propósito completamente distinto.
Iniciar un proyecto en un sector tan especializado como el de los residuos lácteos no fue sencillo. A pesar de contar con experiencia técnica, Juan nos explica que “se enfrentaron a la falta de contactos y credibilidad en el nuevo entorno”. La clave para avanzar fue enfocarse en una problemática concreta: la recogida de sueros artesanos en Asturias. Trabajar directamente con las queserías del Parque Nacional de Picos de Europa les permitió ganar conocimiento, confianza y relevancia local.
El equipo de Agrolinera ha aprendido sobre la marcha. El ganador de la categoría de emprendimiento verde apunta dos consejos que hubieran sido valiosos desde el inicio: “comenzar con un cliente y con un presupuesto”. Además, reflexiona que entender que “los tiempos empresariales son más lentos de lo que parecen y estar cerca del cliente es esencial para comprender sus prioridades”. Estos aprendizajes no distinguen entre emprendedores jóvenes o veteranos: son universales, afirma Juan.
Cuando le preguntamos si el emprendimiento tiene edad, considera que sí, pero eso “no lo convierte en una limitación”. Para él, la madurez ha sido una ventaja. La experiencia le ha aportado prudencia, paciencia y una visión más estratégica. Lejos de ser un obstáculo, la edad ha sido una herramienta para tomar decisiones más conscientes y sostenibles, especialmente en un sector que exige sensibilidad social y ambiental.
El futuro de Agrolinera se construye paso a paso. A corto plazo, el objetivo es consolidar la propuesta en el mercado “mediante ventas recurrentes”. Si el producto no “logra tracción”, están preparados para adaptarlo sin perder de vista el propósito original. La flexibilidad es clave, pero siempre con coherencia. En un entorno incierto, la estrategia pasa por controlar los gastos, evitar el apalancamiento y posponer inversiones. Juan señala que, aunque esto suponga una “carga de trabajo mayor y un ritmo más lento”, es el precio de construir algo sólido y duradero. En tiempos volátiles, controlar las salidas de caja es más importante que acelerar sin rumbo.
Recibir el galardón de Emprendimiento Verde en la VI edición de los Premios +50 Emprende ha sido mucho más que un premio económico. Para Agrolinera, ha significado una validación pública de que su propósito tiene valor social. Este reconocimiento los anima a seguir adelante, a asumir riesgos con la certeza de que están construyendo algo necesario. “Nuestra responsabilidad y nuestra ilusión es responder a este galardón haciéndolo realidad”, puntualiza Juan.
Uno de los grandes logros de Agrolinera ha sido conectar la innovación con la naturaleza. Al trabajar con queserías artesanas en zonas protegidas, han demostrado que es posible emprender desde lo rural, con soluciones tecnológicas que respetan el entorno y fortalecen las comunidades locales. Este enfoque refuerza su compromiso con un modelo de desarrollo sostenible y descentralizado.
Es por ello que la VII edición de los Premios +50 Emprende, cuya convocatoria ya está abierta hasta el 16 de enero de 2026, consolida su categoría de Emprendimiento Verde, que este año pasará de conceder un único galardón a entregar tres premios.
En total, se repartirán 33.000 euros en metálico: tanto en la categoría general como en la categoría verde se otorgará un primer premio de 10.000 euros, un segundo premio de 5.000 euros y un tercer premio de 1.500 euros.
Las personas mayores de 50 años con ideas o proyectos emprendedores podrán participar rellenando el formulario disponible en la página web y enviando un vídeo con una duración máxima de tres minutos en el que indiquen su nombre, edad y ciudad de residencia, y cuenten en qué consiste su proyecto y por qué decidieron emprender.