El trabajo del futuro: ¿hay talento profesional para desempeñarlo?

El trabajo del futuro: ¿hay talento profesional para desempeñarlo?

Recientemente estamos experimentando una evolución en el mercado laboral tanto en el tipo de puestos de trabajo que ofrecen las empresas como en la adquisición y desarrollo del talento de los empleados. Muchos expertos ya lo denominan la cuarta revolución industrial, en la cual el futuro del trabajo es muy diferente a lo que se puede ver actualmente. Esto se debe a una relación cada vez más estrecha entre el empleo y la tecnología, entre lo físico y lo digital (“figital”), donde la automatización reduce la mano de obra en muchos sectores, permitiendo ubicar a las personas en el centro de la estrategia. Según el Foro Económico Mundial, se espera que la división del trabajo entre personas y máquinas continúe cambiando hacia las máquinas, especialmente para tareas repetitivas y rutinarias y según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCED), eso podría eliminar más del 14% de los empleos actuales e interrumpir el 32 % de los mismos

Esta revolución está teniendo una consecuencia ya visible en nuestro mercado laboral que Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno de España y ministra de Trabajo y Economía Social, ha calificado durante el programa de Retina ‘el futuro del trabajo y el trabajo del futuro’, como GAP del talento, es decir, “las empresas no encuentran talento cualificado, sin embargo, las listas del paro pueden ser mejorables”. Es un hecho que, como ha ocurrido en anteriores revoluciones industriales, habrá puestos de trabajo que se van a destruir, no obstante, la tecnología y la robotización va a hacer de efecto sustitutivo. Por eso, se insta a poner foco en “tener a los profesionales altamente cualificados para que se produzca el cambio”.

En el mismo evento y siguiendo esta línea sobre la evolución de la formación en nuestro país ligada a la revolución digital, otra de las expertas Idoia Mendia, vicelehendakari y consejera de Trabajo y Empleo del Gobierno Vasco, recalcó la importancia de la formación permanente, considerándolo un imprescindible para el trabajo de futuro. “En el presente las organizaciones y empresas tienen dificultad para encontrar perfiles tecnológicos. La formación y actualización de conocimientos avanza a tal ritmo que implica que los empleados deban reinventarse varias veces a lo largo de su vida profesional. Y ello sucederá independientemente de la edad que tengan.

El nacimiento de nuevas tendencias en los modelos de trabajo

En España, nuestro gran activo es el conocimiento ¿quién lo dice? Son las personas y sus capacidades, en definitiva, nuestro talento. El centro del crecimiento de productividad de la economía en la era de Internet se ha desplazado como nunca a la innovación, es decir al talento humano aplicado, y por tanto la principal fuerza productiva del presente y del futuro son las personas.

Por tanto, el trabajo del futuro se basará en ciertos aspectos fundamentales, entre los que destacan los ecosistemas digitales, una nueva gestión del talento que es cada vez más multidisciplinario y los nuevos modelos operativos que combinan ambos factores. La consultora PwC asegura en su informe Trabajar en 2033 que los profesionales tendrán que enfrentarse a un mercado altamente competitivo implantando nuevas pautas y comportamientos en sus funciones laborales. Por tanto, queda claro que trabajaremos de otra forma, pero ¿cómo?

1. Globalización y movilidad del talento. La competencia por el talento, presente ya en muchos países, se extenderá rápidamente a medida que la crisis actual vaya amainando. Gracias a las tecnologías y a la globalización, esta competencia tendrá carácter mundial. Podremos ir en busca de candidatos o de empleo allí donde sea más atractivo, pero también competiremos con miles de profesionales y empleadores. El talento será universal y móvil.

2. Flexibilización del trabajo y valor de la marca personal. En los próximos 20 años asistiremos a una flexibilización de las formas y tiempos de trabajo. Tendremos organizaciones más diversas en culturas y generaciones, habrá más contratos a tiempo parcial, la gente cambiará más de trabajo y será más habitual trabajar para varios empleadores y a través de redes de colaboración profesional. Esto hará crítico el desarrollo y cuidado de la marca personal, garante de una trayectoria profesional de éxito. La flexiseguridad estará en la agenda de los gobiernos europeos y la cultura del emprendimiento seguirá extendiéndose.

Poniendo el foco en la cualificación, en nuestro país viviremos un auge de las profesiones técnicas. En 2033 habrá 2,5 millones más de empleos para personas con formación media. En España, contrariamente a la tendencia global, serán las cualificaciones medias y no las altas las que vivirán el mayor crecimiento de la oferta de empleo en los próximos 20 años, concretamente más de un 56% entre 2013 y 2033. Esto es debido a su infrarrepresentación en la demanda actual: en España representan solo el 27% del empleo total frente al 47% de promedio en la Unión Europea (UE). La demanda de profesionales con cualificaciones altas aumentará un 29% en el mismo período. El empleo se concentrará así en funciones más cualificadas y con mayor aportación de valor, llegando a tasas de paro inferiores al 3,5%, frente al 18,8% entre activos con baja cualificación. Aun así, en España se perderá mucho menos empleo de baja cualificación que en el resto de la UE (-13% frente al -34% en el período 2013-2033).

No obstante, esto también es una consecuencia de nuestra pirámide de población. España es un país envejecido y en 2033 seremos menos personas para trabajar. Según el informe, nuestra tasa de paro se situará en el 6,7% convirtiéndose en el mejor dato de nuestra historia democrática, ya que, desde la crisis económica y financiera de la década de 1980, el desempleo nunca ha bajado del 8%.

¿Qué debemos hacer como profesionales para prepararnos?


1.     Preocuparse por su empleabilidad para encontrar o mejorar su puesto de trabajo 

  • Cultivar la empleabilidad en cada etapa de la vida profesional.
  • ·Tener el hábito de dedicar tiempo a pensar en nuestra carrera profesional y autoevaluar nuestras capacidades y objetivos.  

2.    Crear una marca personal para diferenciarse 

  • Identificar lo que nos hace diferentes y donde aportamos valor.
  • Definir nuestros objetivos y la estrategia para comunicar nuestra marca personal.

3.    Generar networking o a través de la presencia activa en redes sociales y foros.  

  • Asistir a eventos y participar en redes sociales.
  • Actuar para que los contactos se conviertan en relacionales duraderas de interés mutuo.