En España, el sector social se ha convertido en los últimos años en una pieza fundamental en el engranaje económico y cohesión social. Según un informe encargado por la Fundación Botín a investigadores del CSIC y la Universidad Alcalá de Henares, unas 28.000 organizaciones no lucrativas trabajan en el país, movilizando recursos que equivalen a cerca del 2% del PIB nacional y generando más de 600.000 empleos directos, un 15% más que hace 15 años. Asimismo, los voluntarios se han duplicado, llegando a casi 1,5 millones, cifra que asciende a más de 4 millones si se tiene en cuenta a todo el sector social.
Otra de las conclusiones que ha arrojado el informe es sobre el empleo que ha generado este sector, y es que el 68 % de los empleados cuenta con estudios universitarios, lo que refuerza el alto nivel del capital humano. De cara al futuro, este estudio destaca que los principales desafíos del sector social pasan por afrontar correctamente la digitalización, la mejora de capacidades y la atracción de talento.
En este contexto, las fundaciones se perfilan como un espacio laboral atractivo para los profesionales senior, ya que integran el valor de la experiencia con la seguridad y el compromiso social. De igual forma, el ámbito de fundaciones se convierte en un terreno fértil donde la trayectoria acumulada se traduce en cohesión y sentido, reafirmando que la etapa senior de la vida laboral puede ser igualmente un momento de influencia positiva y de reinvención.
María José, Jorge y Beatriz: experiencia, compromiso y un nuevo comienzo profesional en el sector social
La profesionalización del sector social en nuestro país está demandando perfiles con experiencia capaces de impulsar la transformación digital y de negocio que requiere este ámbito. Es este sentido, María José Fernández (54 años), quien después de trabajar 25 años en una promotora constructora quedó en paro. “No sabía qué hacer. No tenía el currículo actualizado, no tengo LinkedIn, no sabía por dónde empezar”, cuenta María José. A través de su pareja, conoció SAVIA y se registró en el programa SAVIA Impulsa, formación que le ayudó a actualizar su currículo, preparar entrevistas y adquirir conocimientos de nuevas herramientas.
Posteriormente, gracias a la intermediación laboral de SAVIA, cuyo objetivo es impulsar la búsqueda de empleo, el currículo de María José fue seleccionado. Ella cuenta que realizó el proceso de selección y, finalmente, comenzó a trabajar en la Fundación Infantil Ronald McDonald, como asistente de la directora. María José expresa que está muy contenta con el trabajo y con el equipo. “Trabajar en el tercer sector ha sido muy positivo, yo venía de un sector totalmente distinto, pero está siendo una experiencia única porque ayudas a los demás y es muy gratificante”.
Por su parte, Jorge Hernández Malagón (53 años) relata que, tras dos décadas de trayectoria profesional en el tercer sector, se vio en la situación de quedarse sin empleo. Ante ello, decidió diseñar un plan de acción para retomar su búsqueda laboral. Explica que estructuró su estrategia en tres niveles: primero, comunicar a su entorno familiar que estaba en proceso de búsqueda; segundo, reactivar contactos y redes con antiguos compañeros; y, finalmente, explorar entidades, fundaciones y asociaciones donde su perfil pudiera encajar, complementando todo ello con formación y actualización profesional, convencido de que cada paso suma en el proceso.
Jorge cuenta que conoció SAVIA gracias a una amiga que atravesaba la misma situación y decidió inscribirse en el programa SAVIA Impulsa. Asegura que la formación recibida le permitió actualizarse profesionalmente, destacando sobre todo el “ambiente de compañerismo” y el deseo colectivo de apoyarse mutuamente. También señala que en un “momento tan difícil como es la pérdida del trabajo se sintió acompañado, ya que pudo enfrentarse a su primera entrevista en dos décadas.
Jorge mantiene su compromiso con el tercer sector como vía para dar continuidad a su trayectoria profesional. Hoy forma parte del departamento financiero de la Fundación Arquitectura Sin Fronteras, donde subraya tanto la relevancia que tienen las fundaciones en el tejido social como el valor añadido que aportan los perfiles senior dentro de estas organizaciones. Para él, la experiencia acumulada no solo fortalece la gestión interna, sino que también contribuye a que los proyectos sociales alcancen mayor impacto.
De igual forma, Beatriz P que cuenta con estudios en farmacia, se ha incorporado recientemente a una fundación orientada al ámbito del deporte y la discapacidad. Su llegada se produjo después de colaborar como voluntaria en el área de subvenciones y captación de fondos, además de haber trabajado como autónoma. Reconoce que el camino no ha sido sencillo, pero destaca que SAVIA le brindó formación, motivación y respaldo para seguir adelante y explorar nuevas oportunidades. Hoy manifiesta que está muy contenta con esta etapa y confía en poder consolidar su carrera profesional, aportando sus conocimientos y experiencia a los demás.
El valor del talento senior en el sector social
Las propias fundaciones también ponen en valor la incorporación de perfiles senior en sus equipos. Sus responsables destacan que contar con profesionales con una amplia trayectoria aporta estabilidad, visión estratégica y capacidad de acompañar a los más jóvenes en su desarrollo.
En esta línea, Juan Kindelán Rosales, con 30 años de trayectoria en el ámbito de las fundaciones, recuerda que el “auge de las ONG en España se produjo entre 1985 y 1987, una época en la que muchos iniciábamos nuestras carreras siendo muy jóvenes y que hoy, ya como profesionales senior, continuamos liderando la gestión de numerosas entidades”. Con experiencia en la Dirección General de la Fundación Promoción Social de la Cultura (FPSC), especializada en cooperación internacional, así como en la Fundación Tomillo y la Fundación ANAR, Kindelán destaca el valor que aportan los perfiles senior al tercer sector, subrayando como su conocimiento y madurez fortalecen el desarrollo y sostenibilidad de estas organizaciones.
Kindelán subraya la importancia del talento senior con perfil empresarial que se está incorporando a las fundaciones, ya que aportan un valor añadido y una perspectiva diferente a la tradicional, más centrada en lo humano, pero que en ocasiones deja en segundo plano la eficiencia y la eficacia organizativa.
En la actualidad, Kindelan trabaja en Soul 21, una consultora especializada en transformación digital, gestión y estrategia organizacional dirigida a compañías con “alma” y compromiso social. Allí, gran parte del equipo está formado por profesionales con más de 50 años con amplia experiencia tanto en el ámbito fundacional como en el empresarial, lo que constituye un tándem perfecto para ofrecer una visión más integral y fortalecer el impacto del tercer sector y responder a los nuevos desafíos.
Finalmente, Kindelán destaca la labor de los seniors que se implican como voluntarios en múltiples fundaciones y que convierten cada acción en un aporte esencial para la comunidad: “No podemos olvidar la cantidad de seniors que dedican su tiempo, sus ganas y su compromiso para apoyar las diferentes acciones que se desarrollan. Sin ellos, muchas actividades no serían posible”.
Foto: Freepik