Literatura para hacer frente al edadismo

Literatura para hacer frente al edadismo

¿Qué es edadismo? Tal y como remarca la Organización Mundial de la Salud, la discriminación por edad se refiere a los estereotipos (cómo pensamos), los prejuicios (cómo nos sentimos) y la discriminación (cómo actuamos) hacia los demás o hacia uno mismo en función de la edad.

Seamos realistas: a casi todo el mundo le asusta envejecer. Nos preocupa perder nuestra apariencia, nuestra salud, nuestros trabajos, nuestra autoestima, y ser suplantados en el trabajo y en el amor por gente más joven. Sentimos que es la consecuencia natural e inevitable del paso de los años.

Los estudios han demostrado que la discriminación por edad puede actuar sin ser nosotros conscientes de ello y en forma de autoestereotipos que envejecen.

El pesimismo generalizado sobre la inevitabilidad del declive relacionado con la edad que tienen las personas, los responsables políticos e incluso la comunidad científica desvía la atención de los problemas potencialmente solucionables y reduce la probabilidad de que una vida más larga mejore la calidad de vida en todas las edades. Ni siquiera reconocemos su efecto perjudicial sobre nuestra dignidad y nuestros derechos. La discriminación por edad conduce a una salud más deficiente, al aislamiento social, a muertes más tempranas y a pérdidas de miles de millones.

La comunidad sanitaria no es inmune a los efectos de la discriminación por edad. Las actitudes de los proveedores de servicios médicos, la mentalidad de los pacientes mayores y la estructura del sistema de salud tienen una influencia potencialmente profunda en el tipo y la cantidad de atención ofrecida. El racionamiento sanitario basado únicamente en la edad está muy extendido. Una revisión sistemática en 2020 mostró que, en el 85 por ciento de 149 estudios, la edad determinó quién recibió ciertos procedimientos o tratamientos médicos. Por ejemplo, se estima que 6,3 millones de casos de depresión en todo el mundo son atribuibles a la discriminación por edad.

 Además, se está observando evidencia del impacto de la discriminación por edad en el lugar de trabajo, tanto en el aumento de las demandas por discriminación relacionada con la edad, como en el aumento del tiempo necesario para que las personas mayores encuentren empleo.

Uso la literatura para luchar contra el edadismo. Mis armas son cuentos, cómics, novelas, ensayos, audiolibros, relatos... palabras en diferentes formatos y tonos para que todo el mundo, desde el más pequeño hasta el más viejo, pueda entender que envejecer es vivir, que envejecer merece la pena, y que el grupo de personas mayores es el más diverso que existe, muy alejado de ese homogéneo y decrépito donde actualmente encasillamos a los mayores. He conocido a Carlos, que con más de 80 años escala picos de 8000m; a Marga, que pasados los 80 estudia humanidades en la universidad y cuida a su marido, enfermo de Alzheimer; a Pino, modelo de pasarela a sus 60 años; y a muchos otros que, anónimos, acarrean sus experiencias y nos pueden enseñar a través de ellas. 

Los más afortunados vivirán muchos años. Los jóvenes de hoy son los viejos del mañana. ¿Por qué, pues, tenemos ese miedo atroz a envejecer? Es una paradoja que todos queramos vivir muchos años pero que no queramos crecer. 

Artículo escrito por Roser Rovira