El decálogo del sénior: las diez reglas para seguir en la partida

El decálogo del sénior: las diez reglas para seguir en la partida

¿Cuántos de nosotros nos hemos levantado un día pensando que, durante la noche, nos habían cambiado "el tablero de juego" a nivel profesional?

Me refiero a la sensación de estar en una partida atesorando varias cartas (algunas realmente buenas) logradas y cuidadosamente guardadas durante años y encontrarse de repente con un tablero diferente en el que muchas de nuestras apreciadas cartas no sirven y con que además necesito conseguir otras totalmente nuevas para poder continuar en la partida. 

No solo ha cambiado el tablero, también lo han hecho las reglas del juego, las figuras y las cartas. Se trata de una nueva realidad en la que la figura del "Senior" te coloca automáticamente entre dos opciones principalmente: la de volver a la casilla de inicio o la de cambiar de estrategia para seguir avanzando desde donde estás.

Por supuesto, puedes cerrar el tablero, o pasar turno. Pero no parecen las mejores opciones. Sobre todo, porque la vida no es tu Scattergories, y no te lo puedes llevar cuando quieres… En mi caso, decidí seguir jugando y explorar el nuevo tablero para entender cómo moverme en él.

Después de muchos webinars, sesiones de coaching, conversaciones con otros profesionales, con amigos y familiares, varios libros buscando mi Ikigai y meditaciones de diversa índole, he llegado a la conclusión de que nadie me va a dar las respuestas, pero sí pistas para elaborar mi propia estrategia personalizada de juego. Es decir, centrarme en la parte en la que puedo ejercer una acción, una actitud activa.  

Para eso hacen falta nuevas reglas, así que decidí elaborar un decálogo para seguir en la partida. Éste es “El decálogo del senior”: nuevas reglas, nuevas formas de jugar:

  1. Observación del nuevo tablero: me pregunto qué cartas de las que tenía puedo usar todavía y cuáles tengo que conseguir. Mi misión es identificarlas y recolectarlas.
  2. Asumir una parte de responsabilidad en mi proceso de adaptación al nuevo medio: igual que cuando voy a otro país no puedo pretender que allí hablen mi idioma, ahora me tengo que plantear con qué conceptos me tengo que familiarizar, qué necesito estudiar, cuál es la nueva forma de comunicación y de relacionarme con los demás jugadores que me permite que mis fichas avancen por el tablero. Aprenderlas, hacerlas mías sin renunciar a mi estilo propio. 
  3. Integrar el cambio: abrazarlo y enfocarlo como parte del proceso de la formación continua que llevo realizando durante años, como una etapa más, venciendo la resistencia al mismo. Redescubrir qué hay en mí que aporta una diferencia de valor. 
  4. Aprovechar las oportunidades de formación: nunca antes habíamos tenido a nuestro alcance tantas posibilidades y para todos los bolsillos.
  5. Meterme en circuitos que puedan generar oportunidades incluyendo las redes sociales desde una visión profesional.
  6. Tomar conciencia del poder del entorno. Compañeros, familiares, amigos o parejas puede empoderar o entorpecer. Ver cómo pueden propiciar que se detonen botones que desencadenen cambios de mentalidad y de acción. Nos pueden ayudar a recordar lo que nos gustaba hacer o se nos daba bien, a descubrir talentos que no somos conscientes que tenemos o que simplemente hemos olvidado... Tener en cuenta que, yo misma/o puedo empoderar o bloquear a otra persona: soy receptor, pero también emisor.
  7. Decir mi situación en los círculos que considere oportunos (tradicionales y/o en redes sociales): buscando aquellos en los que me resulte cómodo compartirla. Quizá haya una oportunidad que no puede surgir si no saben qué busco, en qué momento estoy.
  8. Trabajar en planes paralelos: uno enfocado en conseguir rentabilidad a corto plazo, otro en seguir recolectando las cartas que necesito para llegar donde quiero ir y que puede requerir un plazo más largo. Cuando conducimos somos capaces de mantener ambas visiones; sigo hacia el destino que me he fijado, aunque haga paradas intermedias.
  9. Atreverme a nuevas fórmulas: valorando el coste de oportunidad.
  10. Empezar ahora: no esperar al resultado de una entrevista, a una formación, a una época más propicia. Ver qué puedo hacer cada día para favorecer "ser el cambio" que quiero ver en mí.

Sería perfecto que este "Decálogo del sénior" viniera respaldado por una flexibilización del mercado laboral, ya que podría abrir muchísimas puertas como ocurre en otros países. Es el caso de Alemania, donde es posible combinar trabajos de menos horas, por cuenta ajena con autónomos, minijobs e incluso, ya de pensionista, complementando la pensión. 

A nadie se le escapa que las "reglas del juego" han cambiado. La mayoría de mi generación tenía un jefe de 50 años cuando tenía 30 años. Ahora, ya entorno a los 50, no es extraño trabajar para jefes que tienen 30 años o menos. Usan otro lenguaje, otras herramientas, piensan de otra manera, pero no son incomprensibles.

Convertirse uno, por fin, en su propio jefe podría ser también una interesante estrategia... Es cuestión de cambiar las reglas para seguir en la partida.

Autora: Victoria Herves, Wholesale & Retail Senior Expert.