Eduardo Ferrer de SLIMOP Space: “Seguimos mirando hacia el espacio con los pies en la tierra”

Eduardo Ferrer de SLIMOP Space: “Seguimos mirando hacia el espacio con los pies en la tierra”

En un mundo que a menudo asocia la innovación con la juventud, el emprendimiento senior se alza como una poderosa demostración de que la experiencia, la madurez y la pasión no tienen fecha de caducidad. Cada vez más profesionales mayores de 50 años están liderando proyectos audaces, rompiendo moldes y aportando soluciones que transforman industrias. Nuestros Premios +50 Emprende celebra precisamente esa valentía: la de quienes deciden reinventarse, canalizar décadas de conocimiento y lanzarse a construir el futuro con ideas que nacen del corazón y se sostienen sobre una sólida trayectoria.

Hemos charlado con el ganador de la VI Edición de nuestros Premios +50 Emprende  Eduardo Ferrer, CEO y Cofundador de SLIMOP Space, un proyecto que ha sido reconocido por su enfoque disruptivo en el diseño de telescopios orbitales para satélites y nanosatélites. Este proyecto no solo representa una innovación técnica, sino también una declaración de principios: que la edad no limita la capacidad de soñar, crear y liderar el cambio.

Pasión por el espacio

SLIMOP Space nace en 2022 como resultado de la convergencia entre experiencia técnica, pasión por el sector aeroespacial y análisis de mercado. Los tres fundadores, con trayectoria previa en proyectos aeronáuticos y espaciales, identificaron una ineficiencia estructural: los telescopios orbitales seguían basándose en el diseño Cassegrain, sin apenas evolución desde hace más de 350 años.

Eduardo Ferrer explica que, en paralelo, el mercado de satélites se orientaba hacia plataformas más pequeñas, lo que exigía soluciones ópticas más ligeras, compactas y eficientes. Durante la fase inicial, adoptaron un enfoque de prototipado rápido en entorno de laboratorio informal (“modo garaje”), validando una arquitectura óptica disruptiva que optimiza peso, volumen, resolución, coste y tiempos de fabricación. Esta tecnología responde directamente a las necesidades de la New Space Economy. Tras validar funcionalmente el concepto, formalizaron el proyecto empresarial con base científica, incorporando talento multidisciplinar y logrando presentar dos patentes y otras dos en proceso.

Foco y equipo para llegar al objetivo

Emprender en un sector tan innovador y especializado como el aeroespacial no ha sido fácil. Eduardo cuenta que siguen estando en el principio del proyecto, han pasado escasamente dos años y medio. "Nada es fácil, pero con pasión y poniendo foco en el objetivo, y sobre todo con un equipo superlativo de hombres y mujeres especializados en diferentes ingenierías, los resultados llegan. Tener el mejor equipo es la clave para poder alcanzar cualquier reto que te propongas”, apunta Ferrer, además señala que "el emprendimiento en deep tech espacial implica retos estructurales".

En este sentido, nuestro entrevistado explica que el punto más crítico de dicho emprendimiento es la financiación: "los ciclos de retorno en I+D son largos, y muchos inversores priorizan rentabilidades inmediatas". Para superar esta barrera, “estructuramos una estrategia híbrida, combinando fondos públicos (Ministerio de Industria, Generalitat de Catalunya/ACCIÓ, Xunta de Galicia/BFAero, etc) y capital privado especializado. Añade que cerraron una primera ronda con inversores del sector aeroespacial y "ahora estamos en proceso de completar una segunda”. 

Ferrer cuenta con orgullo que un hito clave “fue ser seleccionados para el programa de la European Space Agency (ESA) - ESA BIC Barcelona, lo que nos dio acceso a expertos técnicos y decisores estratégicos de la industria espacial europea". Este respaldo institucional validó la propuesta tecnológica de SLIMOP Space y facilitó el acceso a redes de colaboración internacional.

El propósito es el motor del emprendimiento

Como todo emprendedor, Eduardo ha aprendido de mentores y aceleradoras. “La escucha activa y el 'lifelong learning' o el aprendizaje continuo, son fundamentales en cualquier etapa de la vida. Escuchar siempre, a los que más saben y han pasado por situaciones similares, rodearte de los mejores, sólo así se crece”. Es por ello, que participaron en varias aceleradoras, de la ESA, en la UPC, BFAero, para seguir aprendiendo y, en consecuencia, seguir creciendo.

A los nuevos emprendedores les diría: ‘Definan un propósito claro y construyan su modelo de negocio alrededor de él”. Comenta Eduardo que ellos supieron identificar una necesidad urgente en el sector aeroespacial: telescopios más eficientes, más ligeros, más baratos y rápidos de fabricar. Esta visión no solo los diferenció, sino que atrajo talento, instituciones e inversores.

El propósito es lo que te mantiene firme cuando los recursos escasean o los retos se multiplican”, advierte el CEO de SLIMOP Space y, sobre todo, “no esperes a tenerlo todo perfecto para empezar, hay que iterar rápido, validar y escalar, esta es la estrategia ganadora”. Eduardo está convencido que el espacio está por conquistar, y lo mismo ocurre con cualquier industria emergente, donde la ventana de oportunidad es limitada. “Las barreras de entrada están bajando, especialmente por la facilidad y bajos costes de acceso a las nuevas tecnologías. Y eso significa que hay oportunidades reales para quienes se atrevan a dar el salto.”

Lo más valioso: el capital intelectual

Respecto a la edad como factor determinante para iniciar un emprendimiento, Eduardo es categórico: “Rotundamente No. Desde una perspectiva de gestión, la edad cronológica es irrelevante frente a la edad mental y la experiencia acumulada”. Argumenta que, a los 60 años, se dispone de un capital intelectual y relacional que puede ser decisivo en la toma de decisiones estratégicas. Es consciente de que el emprendimiento requiere energía, pero considera que “sobre todo visión, resiliencia y capacidad de ejecución”. “No hay frenos más limitantes que los autoimpuestos.”, reflexiona.

2027, salir al espacio

Eduardo Ferrer nos explica que como emprendedor su objetivo es consolidar SLIMOP Space, salir al espacio en 2027, y “convertirnos en referentes internacionales en tecnologías de observación de la Tierra y telecomunicaciones ópticas. Pero estoy seguro de que no será mi último proyecto. El futuro aún está por definir como queremos que sea, y podemos decidirlo nosotros o que lo hagan otros”. Ferrer dice que le interesa impulsar y participar en proyectos donde la innovación tecnológica sea el motor de transformación y que, además, generen un impacto positivo en la sociedad. Asegura que "casi todo está por hacer, y las oportunidades son muchas". 


El valor del reconocimiento

Ser ganador de la VI edición de los Premios +50 Emprende ha significado mucho para Eduardo y su equipo: “Antes que nada, quiero expresar mi máximo agradecimiento al jurado, a la Fundación Endesa y Fundación máshumano por concederme este premio”. Apunta que recibir el primer premio fue un “reconocimiento al esfuerzo colectivo y, aunque el galardón fue individual, lo compartí íntegramente con el equipo, como símbolo de nuestra cultura organizacional basada en la colaboración y la excelencia”.

Ferrer señala que este tipo de reconocimientos no solo aportan visibilidad, sino que refuerzan el compromiso interno en momentos clave del desarrollo empresarial. “SLIMOP Space existe y cree porque cuenta con el mejor equipo humano y profesional.”

Concluye con una frase que resume su filosofía: “Seguimos mirando hacia el espacio, con los pies en la tierra y la mente en la innovación.”