Competencias profesionales para un nuevo mundo

Competencias profesionales para un nuevo mundo

El mundo ha cambiado. La velocidad a la que se introducen innovaciones, el entorno digital, las nuevas herramientas de comunicación, han provocado que en los últimos años todo vaya más deprisa. Los conocimientos que un profesional adquiría durante los años 70, eran suficientes para el desempeño profesional a lo largo de toda su vida, enriqueciéndose en base a la experiencia desarrollada. Esto ha cambiado, en cuanto te despistas hay una herramienta nueva para hacer lo que hacías antes, una aplicación que automatiza procesos, un chaval al lado que se puede pasar horas consumiendo información en el móvil sin fin… El proceso de reciclaje profesional es muy exigente ahora, y sin entrar en la necesidad de adquirir nuevos conocimientos en materias concretas, es necesaria una nueva forma de pensar para afrontar los retos a los que nos enfrentamos en un entorno en el que estos se multiplican y nos exigen adaptarnos cada vez más rápido. 

La manera de actuar de los emprendedores ha inspirado una serie de competencias que se consideran necesarias en la sociedad actual, no sólo para lanzar nuevos negocios, si no para la toma de decisiones en general porque éstas tienen que ser muy rápidas y para minimizar los riesgos, la filosofía de la que bebe es que probemos cuanto antes las cosas, para saber si el siguiente paso, que exige un mayor esfuerzo, dinero o recursos en general, se toma sobre una dirección que parece adecuada o debemos girar cuanto antes.

El denominado marco de competencias emprendedoras surgió en 2016 promovido por la Comisión Europea y aúna las que se consideran habilidades clave para transformar ideas en valor, en sentido amplio, aunque con una aplicación directa a entornos profesionales.  Las competencias se agrupan en tres áreas: la identificación de oportunidades, la gestión de recursos y la ejecución. Incluyen aspectos como la definición clara de problemas, la creatividad, la valoración de las mejores soluciones, la visión a largo plazo, la sostenibilidad de los proyectos, la identificación de nuestras propias fortalezas y debilidades, la motivación, la maximización de los recursos, la evaluación de los costes, la toma de decisiones, la planificación, la gestión de la incertidumbre, el trabajo en equipo, el liderazgo, las habilidades de comunicación o la capacidad de aprender haciendo.

El desarrollo de estas competencias es un proceso que no se limita a estudiar un período de tiempo y ya está, no se trata de memorizar temarios ni hacer exámenes, la formación en este ámbito necesita experiencia, innovación, emoción, reflexión, consciencia del entorno, colaboración, empatía, mentorías y sobre, todo, aprendizaje incremental, es decir, un proceso en el que el aprendizaje nunca finaliza y tanto la experiencia como los fracasos, nos van ayudando a dar el siguiente paso.

Trasladar estos principios a un entorno online, como el que se exige ahora, es un reto que puedes aprender a través de una formación específica que traslade las principales claves a través de un proceso en el que tú tomas decisiones en casos prácticos, diversos, cercanos y reales, acompañando a los protagonistas e invitando a la reflexión sobre qué está pasando en esa situación y cómo la puedes aplicar a tu vida. Sobre estos aspectos hablaremos en la próxima formación SAVIA el 20 de enero a las 10.30h, a cargo de Business ADN, colaboradores del Camino SAVIA. Si estás interesado en conocer cómo estas competencias te pueden ayudar a tomar decisiones y a buscar nuevas oportunidades en momentos de incertidumbre entra aquí e inscríbete.

Artículo escrito por Miguel C. Berciano y Cristina Armuña de Business ADN.