Si estás en búsqueda de empleo, y además llevas un tiempo haciéndolo sin éxito, es posible que hayas experimentado en alguna ocasión cierto malestar como inseguridad, miedo o ansiedad al no encontrar trabajo. Esta situación, cuando se prolonga durante mucho tiempo, puede llegar a afectarte en tu ámbito privado, provocándote falta de autoestima y motivación para afrontar la búsqueda. Cuidar de nuestro bienestar durante este periodo puede llegar a ser todo un reto.
A menudo, el no tener ofertas de empleo que encajen con nuestras expectativas, enviar currículums pero ver que son rechazados por los algoritmos, acudir a entrevistas de trabajo, pero no superarlas con éxito puede llevarnos a construir creencias limitantes que nosotros mismos nos decimos cuando no conseguimos nuestros objetivos: “¿seré demasiado mayor para volver a trabajar?”, “siempre buscan a alguien más joven que yo”, o “el mercado laboral me da la espalda”, son algunos de los ejemplos de estas creencias que pueden estar mermando nuestra seguridad a la hora de buscar empleo.
El problema de estas creencias limitantes es cuando pueden llegar a boicotearnos, por eso hemos conversado con nuestras colaboradoras del Camino SAVIA, Susana Julián y Teresa Bernabé de la consultora de Desarrollo de Personas y Organizaciones, Galaris Desarrollo, así como con Macarena Martini y Cintia Tur de La Enredadera, consultora especializada en Psicología Organizacional y salud mental en el trabajo, quienes nos han compartido su visión y experiencia sobre cómo abordar las creencias limitantes, desde una perspectiva integral. A través de sus aportaciones, hemos reflexionado sobre la importancia de fomentar el autoconocimiento y ofrecer herramientas emocionales que permitan a los seniors afrontar la búsqueda de empleo con mayor seguridad y equilibrio.
Antes de profundizar en el tema, nuestras colaboradoras han explicado en qué consisten las creencias limitantes.
Las creencias limitantes son construcciones mentales que, aunque no estén basadas en hechos comprobables, influyen profundamente en cómo nos relacionamos con el mundo y con nosotros mismos. Tal como explican Macarena Martini y Cintia Tur, de La Enredadera, estas ideas se “instalan como verdades absolutas que nos alejan de una vida coherente con nuestros valores y deseos”. Surgen de “nuestra historia de aprendizaje: de los mensajes que recibimos en casa, en la escuela, en la cultura, y de las experiencias que nos marcaron emocionalmente”. Estas creencias no solo afectan lo que pensamos, sino que generan una cadena de consecuencias que impacta en cómo nos sentimos, actuamos y, finalmente, en los resultados que obtenemos.
Desde Galaris Desarrollo, Susana Julián y Teresa Bernabé señalan que estas convicciones arraigadas pueden convertirse en verdaderos obstáculos para el bienestar. “Cuando una creencia limitante toma fuerza, actúa como un lastre que saboteando los objetivos y deteriora nuestra salud mental”. Estudios recientes confirman que este tipo de pensamientos negativos sobre uno mismo están estrechamente vinculados con la ansiedad, la baja autoestima y los estados depresivos, apunta Julián y Bernabé.
Las colaboradoras coinciden en que el primer paso para transformar estas creencias limitantes es tomar conciencia de que no definen la realidad, “sino cómo la estamos interpretando”. Al identificar y cuestionar estas ideas, se abre la posibilidad de sustituirlas por otras, que permitan actuar desde un lugar de mayor libertad y autenticidad.
Tanto Galaris Desarrollo como La Enredadera subrayan que, cuando una persona senior empieza a otorgar mayor peso a sus creencias limitantes, puede quedar atrapada en un ciclo repetitivo de pensamientos negativos que bloquean su capacidad para afrontar la búsqueda de empleo con iniciativa y enfoque positivo.
Estas expresiones son ejemplos habituales que nuestras colaboradoras escuchan constantemente por parte de profesionales seniors, quienes las repiten con frecuencia:
La Enredadera explica que muchas de estas creencias vienen derivadas de lo que se llama “autoesterotipia”. Es decir, “hemos hecho propios los prejuicios de la sociedad con respecto a la edad y nos hemos creído, hasta confundirnos con él. Así, empezamos a comportarnos en base a ese estereotipo de cómo es una persona a partir de cierta edad. Esto nos lleva a sentirnos menos útiles, atractivos/as o menos productivos/as simplemente por tener más años”. La Enredadera hacen referencia al estudio “Encarnación de estereotipos: un enfoque psicosocial del envejecimiento de Becca Levy (2009), profesora de Epidemiología y Psicología en la Universidad de Yale, quien ha demostrado que las personas mayores “que interiorizan estereotipos negativos sobre la edad rinden peor en pruebas cognitivas y físicas, y tienden a retirarse antes del mercado laboral”.
Asimismo, apuntan que las creencias limitantes no solo impactan negativamente en la autoestima, sino que también intensifican el llamado edadismo, es decir, la discriminación por edad, desde dos frentes:
Por otro lado, Galaris Desarrollo indican que las creencias limitantes “suelen multiplicarse cuando el proceso de desvinculación con la empresa anterior les está resultando doloroso y están en un proceso de duelo. Suele ocurrir en estos casos que la persona queda atascada en una espiral de pensamientos negativos, que termina generando dudas sobre sus propias capacidades, afectando a su autoestima.
Tanto Galaris Desarrollo como La Enredadera señalan que identificar las creencias limitantes requiere atravesar un proceso que combina autoobservación, reflexión y acción. La buena noticia es que estas barreras pueden superarse y, comenzar a reconocer esos pensamientos negativos, suele ser una experiencia valiosa y transformadora.
Para iniciar el proceso que permita identificar las creencias limitantes, La Enredadera propone a los seniors revisar el concepto que cada uno tiene de sí mismo haciendo una lista de algunas características que creemos que nos representan: “soy una persona muy responsable”, “soy una persona ansiosa”, “no se me da bien hablar en público”, “no caigo bien a mis compañeros de trabajo”, etc.
En segundo lugar, “podemos identificar cuáles son aquellos momentos concretos en los que aparece este pensamiento”. Por ejemplo, cuando tengo que socializar en el trabajo pienso “seguro que no les caigo bien porque no tenemos cosas en común”.
En tercer lugar, podemos identificar qué hacemos en ese momento. Por ejemplo, como creo que no les voy a caer bien a mis compañeros me voy a comer sola a una cafetería en lugar de quedarme a comer en el trabajo.
Galaris Desarrollo también plantea una serie de preguntas que el senior debe hacerse para “aflorar esas creencias limitantes” y especialmente “aceptar el impacto que tiene en la conducta y bienestar” como, por ejemplo:
Galaris Desarrollo sugiere que para superar las creencias limitantes es necesario observarse cada vez que surjan pensamientos negativos, inmediatamente debemos plantear preguntas específicas que ayuden a cuestionar o retar dichas afirmaciones.
Ante la creencia “Ya es tarde para reinventarme profesionalmente” El senior debe realizarse preguntas concretas como:
De esta forma, se va construyendo creencias fortalecedoras, centradas en las capacidades, logros y oportunidades, que sustituyan a las limitantes. “Esto favorece una actitud emocional más positiva y una mayor disposición para actuar”. Galaris Desarrollo indica algunos ejemplos de estas nuevas creencias que sustituyen a las anteriores con connotación negativa:
Estas afirmaciones positivas ayudarán al senior a poner en “marcha pequeñas acciones que sirvan como prueba de estas nuevas creencias permitiendo comprobar que el cambio es posible y se puede lograr. Por su parte, La Enredadera también sugiere no “romper todas las creencias limitantes, comenzar por una creencia concreta y, poco a poco, pasar a las siguientes.
Luchar contra las creencias limitantes que fomentan el edadismo también es un compromiso colectivo, reflexiona La Enredadera. La sociedad debe seguir respaldando políticas inclusivas que fomenten “la contratación de personas senior en todos los sectores económicos que promuevan el intercambio intergeneracional y refuercen su participación activa en la vida social, cultural y laboral”.
Finalmente, nuestras colaboradoras animan a los profesionales senior a cuestionar las creencias que los frenan, mantenerse conscientes para evitar pensamientos que no suman, y tomar acción con valentía. De esta manera, la salud mental se fortalece al potenciar una actitud positiva, resiliente y activa frente a los cambios propios de esta etapa vital.
¿Y si el cambio profesional que anhelas comienza por soltar tus creencias limitantes?
"Tu vida cambia cuando tú decides cambiar, no cuando esperas el momento perfecto", John Whitmore