El sueño de un futuro sin barreras profesionales para los seniors

El sueño de un futuro sin barreras profesionales para los seniors

La realidad actual, aplastante y paralizadora, ha puesto en jaque a la sociedad, a todos los sectores, y también a grupos de personas que ya antes de esta era Covid tenían una losa encima cargada de estereotipos y prejuicios. Y es que, los y las profesionales seniors, personas de más de 50 que, pese a contar con una experiencia notable y con unas maravillosas ganas de aportar y de involucrarse, parecen carecer de voz, de presencia y de atractivo para las empresas.

El mundo envejece a un ritmo vertiginoso, y casi ningún país se escapa a una realidad que bien podría transformarse en una página en blanco de oportunidades. Naciones Unidas afirma que el envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad, entre ellos el mercado laboral. Tengamos en cuenta algunos datos. Según los datos del informe "Perspectivas de la población mundial 2019", en 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años (16%), más que la proporción actual de una de cada 11 en este 2019 (9%). Se estima que el número de personas de 80 años o más se triplicará, de 143 millones en 2019 a 426 millones en 2050. Sin duda, los números hablan, y nos murmullan de manera constante como el goteo de un grifo mal cerrado, que tenemos por delante un sinfín de desafíos. Un cambio de perspectiva, mente abierta a nuevas formas de hacer y pensar, y, especialmente, entender el envejecimiento de la población como un reto serán no sólo una tendencia sino una necesidad.

Hay una triste realidad que se erige como algo quizás un tanto incomprensible e injusto, y que probablemente viviremos de cerca, o sufriremos en primera persona: ser estigmatizados por nuestra edad, sin que se tenga en cuenta nuestras habilidades, nuestras capacidades, nuestra experiencia y nuestra pasión por aportar y compartir en el mundo profesional. Quiero pensar que un futuro diferente es posible, que este tiempo de pandemia en el que nos hemos hecho las grandes preguntas y quizás nos hemos tornado más existencialistas y reflexivos, nos haya mejorado. La mirada a un liderazgo humanista pondrá precisamente en el centro a las personas con vocación, con coraje, con determinación; personas a las que se les valora desde una convicción auténtica, sin prejuicios, sin estigmas, sin trabas, sin techos de cristal. Un futuro en el que nuestra barrera nunca sea nuestra edad.

Tribuna escrita por Adela Balderas, PhD, Docente de la Escuela de Negocios y Dirección (ENyD).